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Andrea García

El acuario del mundo


El cálido reflejo de una puesta de sol sobre la superficie marina y el delicado ondear de las olas, es probablemente uno de los escenarios más bellos que la madre naturaleza nos brinda; sin embargo, solo hacen falta un visor y un par de aletas para descubrir el inmenso mundo y la fascinante vida que palpitan debajo de ella.

Ubicado al noroeste de México, enclavado entre la península de Baja California y los estados de Sonora y Sinaloa se encuentra una extensión del Océano Pacífico, que abarca una longitud de aproximadamente 1600 kilómetros, hablamos del Golfo de California. ¡Este pedacito de universo alberga en su interior tanta vida como podamos imaginar! Las condiciones físicas que presenta, tales como la temperatura del agua, la abundante luz solar y la presencia de corrientes marinas, son idóneas para la vida y le permiten gozar de una inmensa concentración de microorganismos y una extraordinaria diversidad biológica.

El Golfo de California, también conocido como Mar de Bermejo o Mar de Cortés es una importante zona para la reproducción, alimentación y crianza de más de seis mil especies y subespecies de fauna marina, incluyendo peces, aves, reptiles, mamíferos marinos y animales invertebrados como: moluscos, crustáceos, cnidarios, anélidos y equinodermos.

La riqueza natural y la belleza escénica de este paradisiaco mundo marino, rebasa cualquier expectativa de los que se sumergen en él. Un paisaje de ensueño que parece salido de un cuento de hadas nos hace contener la respiración; las aguas cristalinas que lo cubren todo juegan a descomponer los tonos de azul turquesa que cambian con la luz que se cuela por la superficie, el colorido de los peces nos deslumbra con figuras tan únicas como las que se forman dentro de un caleidoscopio y la majestuosidad de los corales nos obligan a posar los ojos en ellos mientras toda esa vida nos invita a formar parte de ella. Fue quizá la causa de todos estos poéticos motivos que el famoso oceanógrafo y buzo francés Jacques Yves Cousteau decidió renombrar al Mar de Cortés como el “acuario del mundo”.

Si bien es cierto que este acuario natural es orgullosamente mexicano, no solo nuestro país lo celebra y reconoce como suyo. En el año de 1972, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad, ya que es considerado uno de los mares con mayor biodiversidad en el mundo, brindando cobijo a animales únicos como la ‘vaquita marina’, a grandes gigantes como la ballena azul o el tiburón ballena y a pequeños organismos como algas y bacterias, motivo por el cual se le ha denominado también como “laboratorio natural”.

Redacción: Andrea García

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