El 60% de las enfermedades infecciosas en humanos son causadas por patógenos que compartimos con animales salvajes y domésticos. Sorprendentemente algunas de estas infecciones han surgido recientemente, y un claro ejemplo es el brote actual de ébola, el cual ha infectado a 13,703 personas y ha causado la muerte a 4,920, en países de África Occidental. Lamentablemente todo indica que este tipo de infecciones emergentes podrían volverse frecuentes.
Coronavirus, Influenza A, Virus del Oeste del Nilo, SARS, Marbugvirus, Lyssavirus, Hantavirus, Arenavirus, Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, Fiebre de Lassa, Fiebre de Valle del Rift, son los nombres de algunos de los microorganismos que están causando infecciones emergentes en distintas partes del mundo y podrían llegar a ser los próximos protagonistas. Por ejemplo, los brotes anteriores de ébola, a pesar de que tenían altas tasas de letalidad (de hasta el 90%), no habían causado infección diseminada y sostenida como ahora. El último análisis genético del virus muestra que ha acumulado 395 mutaciones desde el último brote, hace 10 años. Esta información nos recuerda que los virus evolucionan y que cada vez que infecta a un nuevo hospedero (chimpancé, cerdo, murciélago o humano) se “están lanzando los dados evolutivos”, lo cual podría resultar por ejemplo, en un cambio en su modo de transmisión, con la correspondiente desventaja para la especie humana.
La frecuencia con la cual emergen las enfermedades que inicialmente se originaron de algún animal silvestre (zoonosis) se está incrementando y esto se correlaciona con el aumento en la densidad de población humana; esto sugiere que las actividades de origen antropocéntrico como la creación de nuevas rutas de viaje y comercio, la expansión de la agricultura o los cambios en el uso del suelo son la causa del fenómeno. El surgimiento de brotes ocurre principalmente en lugares donde la población humana y los animales domésticos tienen un estrecho contacto con fauna salvaje y sus correspondientes microbios.
La famosa revista científica Lancet, lanzó en el 2012 un número especial dedicado a las enfermedades sobre las que hemos hablado hasta ahora, donde presentan un mapa con los "puntos calientes" del planeta, es decir, donde las poblaciones humanas están invadiendo el territorio (llamado por los científicos nicho) originalmente ocupado por fauna salvaje y donde puede ocurrir la transmisión de infecciones al humano; uno de estos puntos calientes es el centro-sur de México. Las personas que tienen mayor probabilidad de ser los primero en infectarse son las que interactúan directamente tanto con fauna silvestre, como con animales domésticos. Sin embargo, la práctica correcta de medidas de higiene podría ser suficiente para disminuir el riesgo de infección.
Más allá de este brote de ébola que seguramente se superará, seguirán apareciendo enfermedades infecciosas, por lo que el conocimiento científico y su aplicación es una de las herramientas más poderosas con las que contamos para hacer frente a estos problemas, pero se requiere que este conocimiento sea tomado en cuenta cuando se implementan políticas de estado o se tomen decisiones que afectan el entorno natural. Esta información sólo podrá ser generada si hay una mayor inversión en investigación, facilitando así el manejo de microorganismos infecciosos de manera adecuada.
Redacción: Antonio Paz