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Pedos de lobo.


No hablamos de los gases que expelen los cuerpos de un mamífero carnívoro, sino de un singular organismo que pertenece al reino de los hongos.

Lycoperdon perlatum es un hongo de forma globosa que se encuentra cubierto por una serie de pequeñas perlas o protuberancias rugosas. Generalmente alcanzan 5 centímetros de altura y 4 centímetros de ancho, sin embargo se han encontrado algunos ejemplares que superan notoriamente estas medidas y que pesan hasta 4 kilogramos. Cuando son jóvenes, estos hongos presentan una coloración blanca uniforme, y aunque no gozan de un alto valor culinario son comestibles únicamente en esta etapa de su desarrollo, ya que una vez que maduran su color se vuelve grisáceo o parduzco y despiden un mal olor. Estos hongos pueden crecer de forma individual o en grupos y se les puede encontrar en bosques de pino y bosques de árboles caducifolios.

El nombre común de estos hongos, “pedos de lobo”, se debe a que una vez que llegan a un estado muy maduro se deshidratan y se abre un pequeño orificio en la parte superior de “la cabeza”, el cual es muy sensible al tacto y al más mínimo roce o presión reacciona liberando una nube marrón de esporas.

Ahora ya sabes que aunque todos son explosivos, al hablar de pedos de lobo no siempre se trata de una cuestión gaseosa.

¿Quieres observar algunos pedos de lobo en acción? Entra al siguiente enlace.

Redacción: Andrea García

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