Entre 1723 y 1725, Antonio Vivaldi escribió una de sus más famosas obras, su “Opus 8”. Esta obra llamada “Il cimento dell'armonia e dell'invenzione” (“La terrible experiencia de la armonía y la invención”), es un conjunto de 12 conciertos, siendo los más populares los primeros cuatro, agrupados en “Las cuatro estaciones”. El primer concierto de “las cuatro estaciones”, fue compuesto en honor a la primavera, el segundo al verano y así sucesivamente. En el segundo concierto, Vivaldi se remonta a los días de junio, en los cuales él mismo describe su música como un intenso calor de verano, acompañado del canto de aves, la llegada de las tormentas y el esplendor de los insectos huyendo con el aviso de los relámpagos en el cielo. Vivaldi nació en Venecia, Italia, de donde quizá tomó la inspiración climática al escribir “las cuatro estaciones”, o quizá la tomó de sus viajes por Europa; en todo caso, siempre se mantuvo en el hemisferio norte. Si la nacionalidad de nuestro protagonista y su estancia en vida hubieran ocurrido en el hemisferio sur, los sonidos del mes de junio no hubiesen tenido los mismos timbres y las mismas notas. En el hemisferio sur, los sonidos climáticos de junio serían el castañeo de los dientes, el temblor del cuerpo y el calor del fuego de las chimeneas, es decir, las estaciones climáticas del año se encuentran invertidas en el hemisferio sur con respecto al norte. Dicha diferencia en las estaciones se debe a la inclinación del eje terrestre, la cual cambia cada seis meses dando origen a las diferentes estaciones, contrario a la idea de que la cercanía del planeta con respecto al sol es la responsable del fenómeno natural. La cantidad de luz que incide en la superficie terrestre es desigual en cada hemisferio, lo que provoca que las estaciones sean opuestas en un mismo periodo. Si la luz solar siempre incidiera en el mismo ángulo en todo el planeta, las estaciones climáticas no existirían. El invierno durante junio es posible, solo es cuestión de migrar lo suficiente hacia el sur en el planeta.
Redacción: Antonio Nambo