En los animales las reglas no están escritas, pero aun así ocurren en gran parte de los casos, especialmente con los cuidados maternos.
Las madres pulpos vigilan entre 50 y 200.000 huevos durante 40 días y no se alejan de ellos ni para alimentarse. Cuando los pequeños pulpos eclosionan, ellas agotadas y expuestas a depredadores, mueren al poco tiempo. Aún hay cuidados más delicados. Las hembras morsas tienen una sola cría en tierra o sobre bloques de hielo. Las crías son amamantadas durante un período máximo de dos años y los cuidan durante 3 y 5 años. Otro ejemplo es la hembra de mono araña, tienen entre una o dos crías y las cargan bajo su pecho por más de 3 meses, posteriormente los cargan en su espalda por un año. Las madres que tienen pocas crías suelen ser extremadamente protectoras con ellas.
Cuando pensamos en los cocodrilos, jamás nos viene a la mente la idea de ternura, sin embargo transportan a sus crías recién salidas del huevo hasta el agua en las mandíbulas plagadas de dientes, que les sirven de urna infranqueable para protegerlas de los depredadores terrestres, y continúan haciéndolo durante el primer año de vida.
¿Qué beneficios tienen los cuidados maternos? Una teoría considera que los cuidados parentales en general, son un comportamiento que evolucionó permitiendo un mayor éxito de algunas especies, promoviendo la supervivencia de la siguiente generación. También se sabe que el cuidado parental maximiza la herencia de los padres, es decir, al tomar parte en el éxito de las crías, sus genes tienen mayor posibilidad de perpetuarse y ser exitosos.
En la mayoría de las especies monógamas el cuidado corre casi en igual proporción a cargo del padre y de la madre, aunque en el caso de los mamíferos, la monogamia no es el sistema de reproducción dominante.
Redacción: Claudia Fabian