La machaca (Fulgora alternaria) es un insecto que habita en los bosques húmedos tropicales de Centro y Sudamérica. También se le conoce como mariposa caimán por tener, en la parte superior de sus alas, dos ojos falsos, que la asemejan a un lagarto y de los que se vale para confundir a posibles depredadores. Por si fuera poco, además posee un mecanismo de defensa “preventivo”. Se trata de un líquido de olor desagradable que desprende en caso de sentirse amenazada. Si lo anterior no fuese efectivo, la machaca tiene un arma oculta: un aguijón similar al de una avispa, que constituye su última línea de defensa; es precisamente en torno a este detalle que se ha generado una curiosa creencia, que pudo tener posible origen en Colombia. Se tuvo la convicción de que toda persona que fuera “atacada” por uno de estos insectos sólo continuaría con vida si mantenía relaciones sexuales antes de transcurrieran once horas, después de la picadura. Algunos antropólogos creen que la idea se generó al relacionar el tamaño y forma del adorno que la mariposa posee en su cabeza con órganos copuladores masculinos, aunque estos no lo sean. Otra de las posibles causas para explicar aquél “antídoto”, es que la machaca cuenta con una especie de aguijón bajo su cuerpo (asociándolo con el aparato reproductor masculino) que le sirve para extraer la savia vegetal, de la cual se alimenta. A pesar de todo lo anterior, cabe señalar que la machaca es inofensiva. En México es comúnmente conocido como insecto cacahuate, y por la destrucción de su hábitat es una especie amenazada
Redacción: Patricia Torres