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¡No es un ave, no es un avión, es una libélula!


La imagen que observas no salió de la pesadilla de alguien, se trata de una libélula que en sus alas tiene una envergadura de 75cm aproximadamente y que tenía hábitos depredadores, cazaba otros insectos e incluso ¡pequeños anfibios!.

Las libélulas tienen una larga historia evolutiva, se originaron en el periodo Carbonífero, es decir, hace unos 300 millones de años. En este periodo la gran cantidad de plantas que existieron aumentó de manera considerable la concentración de oxígeno en la atmósfera, situación que permitió que los insectos obtuvieran grandes tallas.

Estos antiguos gigantes pertenecen al género Meganeura, y aunque se encuentran extintos, son los parientes más cercanos de las libélulas. Pero, ¿cómo es posible que si vivieron hace 300 millones de años, alguien la tenga entre sus manos? El hombre que la sujeta, Nigel Marven, es el anfitrión de 'Parque prehistórico', una miniserie de televisión de seis capítulos, es decir, lo que estás observando es una reconstrucción.

Las reconstrucciones de estos animales están basadas en fragmentos de fósiles que los paleontólogos han descrito. Seguramente antes has pisado una cucaracha, cuando lo haces se produce un sonido crujiente, originado por la compresión y el agrietamiento del exoesqueleto (el esqueleto externo que cubre a todos los insectos). Los exoesqueletos son la parte que mejor se conserva en un fósil de insecto. En las libélulas, las alas son la parte más resistente del cuerpo y la que más probabilidades tiene de fosilizarse. Por ello, gran parte del registro fósil de las libélulas consiste en especímenes fragmentados.

¿Te los imaginas?

Si quieres saber más sobre las meganeuras y otros animales del pasado, te invitamos a que veas la serie 'Parque prehistórico' o 'Caminando con monstruos, vida antes de los dinosaurios'

Redacción: Tania Benavidez

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