En las aguas someras de Japón habita un pequeño crustáceo kamikase llamado Spongicola japonica. En sus primeros días de vida emprende un viaje a través del inmenso mar, con el peligro latente de ser devorado por cualquier animal más grande que él. Si tiene suerte, las corrientes marinas lo conducirán hasta el interior de un hermoso recinto marino, parecido a unpequeño castillo de cristal, que no es más que el esqueleto de silicio de una esponja de mar conocida como Canastilla de Venus. En su nuevo hogar, nuestro pequeño crustáceo aguardará a que el destino, o mejor dicho, las corrientes marinas conduzcan a su "gran amor" hasta él. Cuando por fin llegue su pareja, crecerán juntos y cuando llegue el momento tendrán hijos y vivirán juntos para siempre.
Pero no todo es color de rosa, la feliz pareja jamás podrá salir de aquella esponja (pues, los crustáceos rápidamente superan el tamaño de los orificios por donde entraron) los únicos que saldrán serán sus pequeños hijos que se enfrentaran a las mismas complicaciones que sus padres, pero quizá no tengan la misma suerte. Puede ser que las corrientes jamás los coloquen dentro de una Canastilla de Venus y sean devorados por cualquier animal marino; o quizá lleguen al castillo anhelado, pero su compañero de habitación sea ¡alguien del mismo sexo!...cosa que sería una completa lástima. Esta historia es ampliamente conocida en Japón donde la Canastilla de Venus es conocida como Kairou-Douketsu, que significa "juntos para siempre", y se ha vuelto uno de los obsequios de bodas más codiciado en esa cultura por representar el famoso dicho: “hasta que la muerte nos separe”. ¿Te gustaría que te regalaran uno?
Redacción: Patricia Torres